Durante el periodo en el que la población hemos permanecido en estado de confinamiento, desde Gaya nos surgió la curiosidad por saber cómo estábamos viviendo esta situación con el foco puesto en la gestión emocional. Así que decidimos lanzar una breve encuesta preguntándolo.
Recibimos respuestas de diferentes municipios españoles y de personas de 18 años en adelante. En este post queremos compartir los datos que recogimos en esa encuesta. Es importante tener en cuenta que se trata de un cuestionario distribuido a través del perfil de Facebook de nuestra entidad, por lo que la muestra no es representativa, ni tiene un diseño de investigación científica. De hecho, observamos un sesgo de sexo importante, ya que el 83,3% de quienes han respondido al cuestionario son mujeres y el 50% tienen más de 56 años. Aun así, algunos de los datos relacionados con la gestión emocional que recogimos han llamado nuestra atención y nos han suscitados algunas reflexiones que compartimos en este post.
Las emociones durante el confinamiento. La emoción que más reportaron experimentar fue la tristeza con un 37% del total de las personas a las que llegó esta encuesta. Llama la atención que el 34% de las personas señalaron sentir tranquilidad, ocupando la segunda emoción más percibida junto con la incertidumbre. Cada persona podía contestar más de una emoción y así lo hicieron el 44,73%, señalando algunas personas hasta 5 emociones. Observamos por lo tanto que este confinamiento ha movido muchas emociones.
No se observan correlaciones entre la edad y el tipo de emoción, pero las situaciones vitales como haber perdido el empleo, ser madre soltera o tener algún familiar contagiado de Covid-19 afectan mucho al tipo de emoción. Lo mismo ocurre con la gestión que hacemos de esas emociones. Las personas que han visto su situación vital muy afectada por el estado de alerta, reportan una peor percepción de la gestión de las emociones. Mientras el 38,1% señala que no les ha afectado mucho la situación y el 7,1% indica que les ha superado muchas veces.
Respecto a la higiene personal, el 40,5% señala que se lavan más y el mismo porcentaje de persona indican que se lavan igual, mientras que el 7,1% se lava menos. Por lo tanto, se observa una variación en los hábitos de higiene.
En lo que respecta a la convivencia, de las 76,2% de personas que han contestado esta pregunta, el 57,1% indica que la convivencia está igual que antes del confinamiento. Sin embargo, para el 4,8% el confinamiento ha afectado negativamente a la convivencia, frente al 14,3% para quienes ha mejorado. No se han observado correlaciones directas entre las situaciones vitales y la afectación de la convivencia.
La última cuestión que se planteaba se refería a la oportunidad que esta situación supone. Concretamente se preguntaba “¿Crees que esta situación trae alguna oportunidad que aprovechar?” El 85,7% responde que sí pero que hay que saber verla, frente al 14,3 que respondía rotundamente que no.
Este punto es el que más ha llamado nuestra atención, ya que correlaciona positivamente con la gestión de las emociones. Estas dos variables son las únicas en las que se observa una correlación estadísticamente significativa. Es decir, cuanto mejor gestión emocional se auto-percibe existe una mayor sensación de poder aprovechar esta situación como una oportunidad.
Por último, hacíamos una pregunta abierta sobre las consecuencias que tendrá en nuestra sociedad haber pasado por esta situación tan excepcional. El 100% de las respuestas dejaban ver la falta de confianza en el cambio social. Las respuestas mostraban deseos de que hubiera un cambio, pero poca esperanza a medio plazo.
A pesar de que no podemos adoptar ninguna conclusión firme, porque el diseño del estudio no lo permite, nos sirve para reflexionar sobre varios temas:
- El confinamiento no ha sido percibido como muy negativo para todas las personas, y ha servido para tomar distancia de las demás personas, las rutinas y las presiones del día a día. Por lo tanto, ¿hasta que punto somos sociables? ¿será que sufrimos de presión social en el día a día? ¿cómo nos afecta esta presión social?
- Quienes han manejado sus emociones de forma más eficaz están más cerca de poder ver una oportunidad a esta situación. ¿Existe la posibilidad de que la mala gestión emocional es la que no nos deje pensar? ¿una buena gestión emocional nos ayuda a entender mejor nuestro entorno?
- En general, la población encuestada no confía en que tras esta situación la sociedad vaya a cambiar para mejor, como parece que nos quieren convencer en anuncios de todo tipo. ¿Esta situación se asociará al pesimismo? ¿será que conocemos bien esta sociedad? o ¿será que como parte de esta sociedad no pensamos hacer ningún cambio personal?
Desde “Gaya” seguiremos trabajando para contribuir al bienestar de las personas que forman parte de esta gran sociedad que es la humanidad. Nos seguiremos haciendo preguntas para no dar nada por hecho y para avanzar en el bienestar emocional y buscaremos la complicidad de todas aquellas personas que deseen acompañarnos.
Muchas gracias a todas las personas que han contestado nuestro cuestionario por vuestro tiempo y vuestra generosidad.